Edurne se reencuentra, recupera la motivación y afronta su gran desafío: ascender los 14 ochomiles y, si es posible, ser la primera mujer
Meses más tarde volvió a otro ochomil, el Shisha Pangma, pero con una actitud diferente: acompañada sólo por amigos íntimos, sin repercusión mediática, y por la ruta que realmente quería escalar: la bella vía Británica de la cara Sur. Las malas condiciones le impidieron hacer cumbre, pero no importó. Había vuelto a encontrar la motivación. «He regresado a las montañas», escribió al final del viaje. Desde entonces, Edurne ha tomado el control de las ascensiones que emprende, decidiendo qué hacer y a dónde ir.
La chica que sólo quería escalar con sus amigos se ha convertido en un verdadero líder de expedición. En el verano de 2007 corona el Broad Peak. De vuelta, y mientras planea el año siguiente, decide que realmente puede y quiere completar el desafío de ascender los 14 ochomiles y, si es posible, ser la primera mujer.